jueves, 17 de junio de 2010

Movida 81: la camiseta del mundial. La camiseta de moda.

Desde hace algunos meses le venía dando vueltas a la posibilidad de comercializar la camiseta definitiva para todas aquellas personas que:

A) Pasan un montón del fútbol.
B) Comparten la vida con alguien a quien le encanta (aguantando estoicamente sesiones balompédicas interminables).
C) Otros.

El caso es que había una cosa que me echaba para atrás: que la gente se confundiese e interpretase esto, que es de humor, con rollos políticos que, todo sea dicho de paso, no me interesan.

Pero, mira, después de lo de Suiza (y conociendo la idiosincrasia española) seguro que hay un montón de desanimados que estarían dispuestos a lucir el lema en sus apolíneos torsos.

Son 12 míseros euros más gastos de envío (que será a través de correo ordinario, o sea que, si os parece caro, os manifestáis delante del ministerio que corresponda).
Si queréis una (o miles de ellas), pedid talla y modelo chico/chica a lasmovidasdedaniel@gmail.com

viernes, 11 de junio de 2010

Movida 80: de paseo.

Pues di tú que el otro día, por-una-serie-de-razones-que-no-vienen-al-caso, anduvimos por los platoses de Telecinco.

Una visita (profesional, ojo) que prometía mucho a priori. Bueno, en realidad, no prometía nada pero yo le tenía fe a cruzarme con un montón de famosillos de la cadena amiga. Especialmente con la Esteban. Y pedirle una foto y colgarla aquí y recibir miles de billones de visitas y convertirme en una especie de Pérez Hilton y vivir del cuento a tope.

La cosa es que llegamos allí, aparcamos, nos llevaron hasta donde teníamos que ir (el plató de “Mujeres y Hombres y Viceversa”), hicimos la movida que teníamos que hacer, salimos y esperamos justo aquí (a partir del 2’15”) antes de irnos totalmente defraudados a casa por no haber visto a nadie cuando, al girar el pescuezo, estaba… él.

Superada la tentación de acercarme hasta donde estaba para implorarle que presentase su dimisión antes del mundial y que no nos amargase las retransmisiones con su estilo malo y soso (¡aún está a tiempo!), nos pusimos en marcha.

Íbamos arrastrando los pies por un larguísimo pasillo cuando, de pronto, detrás de una de las puertas, escuchamos risas, aplausos y jaleo a tuttiplén. ¿¡Qué pasaría allí detrás!? ¿Serían los ensayos para el regreso de las Mama Chico?

Nada que ver. El tipo que hacía de guía nos dijo que estaban grabando el Sálvame y que, si nos apetecía, en otra ocasión podíamos entrar a echar un vistazo.

- ¿Por qué esperar a otra ocasión?- le dije yo.

Como el señor no estuvo rápido de reflejos, no supo qué contestarme mientras nos metíamos a cotillear (a cotillear a un programa de cotilleo. ¡Toma castaña!).

Total, que allí nos plantamos. Entre bambalinas. Y, en vista de todo el jaleo que había , algo grande estaba pasando.

Cuando alcanzamos una zona que nos permitía visión completa, alucinamos. Estaban todos: Jorge Javier, el Matamoros que no dijo que se mataba si le hacían no sé qué, Lidia Lozano y sus mechas marujoides, las señoras del público de las que tanto se ha hablado en los grupos de Facebook y… y… y un viejo con los gayumbos al aire.

Bueno, el caso es que sin tiempo para reponernos de esta sobreexposición de “estrellas”, pasó algo que ni mil palabras pueden explicar…


(El de la camiseta negra es servidor de ustedes)



Menuda excursión.
Ni cuando me llevaron a caramelos Fiesta en el cole.

P.D. A Jaime Díez, que no le tembló el pulso en tan delicado momento.