
-¡Mira lo que le han hecho al buzón los gamberros!
-Que no, señora. Que no es una gamberrada… ¡que es una intervención urbana!
-Qué intervención ni que niño muerto. Esto es un acto
sandálico de esos…
-Para usted la perra gorda, conciudadana…
La cuestión es que el otro día me topé con esto en mi barrio. Y me pareció “marvelous”.
No sólo por lo que representan esos tres colorines, sino porque alguien se haya tomado la molestia de darle un toque guay a esa esquina (probablemente el grupo de punkis que para últimamente por la plaza, digo yo).
Otra cosa que me sulibella es la verdad que esconde tras de sí este Lotus Notes del Pleistoceno (vaaaaaale, aceptamos “hace 10 años” como “Pleistoceno”):
en mi pueblo podemos admirar esta gamberrada y, acto seguido, salir pitando hacia el ayuntamiento a gritarle “guapo, guapo, guapo” al Príncipe Felipe mientras llega conduciendo-su-propio-coche a inaugurar algo que hará que vivamos todos mucho mejor (¿un bar?)
Y es que, en Fuenla, somos así.